La gran disyuntiva de las empresas siempre es
¿Cuando? ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿En Dónde?
Hacerse publicidad. Hoy por hoy una
buena estrategia de mercadotecnia, seguido de una imagen corporativa bien definida y publicidad
eficiente con una mezcla de medios adecuada y objetiva son parte medular de el
éxito de una empresa, aun en el hipotético caso de estar ofreciendo un
producto o servicio único, la realidad es que más temprano que tarde la
competencia se presenta y amenaza la estabilidad y crecimiento de las
ventas. Hasta aquí no hemos contado nada
nuevo, hace unos días en una charla a emprendedores Pyme les explicaba esto
mismo y sin menor duda todos asentaban con la cabeza, en señal de aprobación a mis palabras, pero en su
mirada podía observar lo lejano que parecía para ellos contar con un grupo de
profesionales que idealmente ocupara los espacios destinados a creativos y
mercadologos, dentro de un estupendo edificio corporativo, cómodo, lujoso y
moderno.
La otra opción no menos
desalentadora es contratar a un todòlogo joven “pasante o
experiencia no necesaria” es lo que encabeza su lista de peticiones cuando publican los anuncios de vacante, con habilidad para aprender, propositivo, disponibilidad de horario y auto propio. Confieso que en mis primeros años profesionales esta clase de anuncios me generaban dos sentimientos completamente opuestos: 1 La altísima posibilidad de ser contratada y 2. La amenaza de empresa poco profesional y seria que tenía frente a mí. Por otra parte esto mismo va deformando la actitud de los empresarios hacia estos departamentos, si binen contratar al joven inexperto sin referencias resulta la opción barata y rápida, la realidad es que hay que sacarse la lotería pagando un costo altísimo para atinarle al empleado indicado, la realidad es que como la lotería eso es un premio casi imposible de ganar, por otra parta con todo y eso, siempre nos estaríamos quedando cortos, ya que esta área es muy demandante en tecnologías como herramientas de trabajo y en mano de obra multidisciplinaria.
experiencia no necesaria” es lo que encabeza su lista de peticiones cuando publican los anuncios de vacante, con habilidad para aprender, propositivo, disponibilidad de horario y auto propio. Confieso que en mis primeros años profesionales esta clase de anuncios me generaban dos sentimientos completamente opuestos: 1 La altísima posibilidad de ser contratada y 2. La amenaza de empresa poco profesional y seria que tenía frente a mí. Por otra parte esto mismo va deformando la actitud de los empresarios hacia estos departamentos, si binen contratar al joven inexperto sin referencias resulta la opción barata y rápida, la realidad es que hay que sacarse la lotería pagando un costo altísimo para atinarle al empleado indicado, la realidad es que como la lotería eso es un premio casi imposible de ganar, por otra parta con todo y eso, siempre nos estaríamos quedando cortos, ya que esta área es muy demandante en tecnologías como herramientas de trabajo y en mano de obra multidisciplinaria.
Outsourcing es un término
inglés muy utilizado en el idioma español, pero que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Su vocablo equivalente
es subcontratación, el contrato que una empresa realiza a otra para que
ésta lleve a cabo determinadas tareas que, originalmente, estaban en manos de
la primera.
El outsourcing, en otras
palabras, consiste en movilizar recursos hacia una empresa externa a
través de un contrato. De esta forma, la compañía subcontratada desarrolla
actividades en nombre de la primera.
Las
ventajas comparativas a la hora de contratar una agencia de outsourcing van en
distintas dimensiones, en cuanto a la administración y costo de la mano de
obra, la gran ventaja se nota desde el momento en donde las cargas fiscales y
sociales están a cargo de la agencia que presta el servicio, debiendo ser esta
responsable de todo su personal, por otro lado, el equipamiento de las áreas e
instalaciones las mismas agencias ya los tienen, por si fuera poco, las
agencias especializadas en este servicio, tienen a su cargo mercadologos,
comunicólogos, diseñadores y especialistas para cada una de las tareas que hay
que desempeñar. El costo es
significativamente más bajo, convirtiéndose en una fracción de lo que
representaría asumir el costo completo del equipo de trabajo, sin que eso
represente una disminución en la calidad del servicio, sino todo lo contrario,
se pueden establecer clausulas y condiciones bien claras que definan las
expectativas mínimas que requerimos de la agencia prestadora del servicio,
siendo motivo de recisión o penalización del contrato las falencias a lo
acordado. Esto resultará siempre más
efectivo que asumir el costo de despedir a un equipo de trabajo que no corresponde
a nuestras expectativas y en definitiva la posibilidad de obtener resultados
profesionales y de buena calidad se eleva considerablemente.
Links Management Int.
amolina@linksmanagement.com.mx
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